Ecológicos, de temporada y de cercanía
La compra de alimentos es algo fundamental. Organizarse para saber qué comprar no significa que tengas que volverte demasiado «loquis» con la lista de la compra, pero sí has de tener unas cuantas cosas bien claras o “sistematizadas” para hacerlo de una forma que te facilite las cosas. ¡Seguro que ya lo haces!
A mi personalmente me gusta comprar en el mercado (lo tengo cerca, es una suerte vivir junto al Mercado de la Ribera en Bilbao) y en las tienditas del barrio.
También me encanta ir a cosechar mi propia cesta de producto ecológico fresco siempre que puedo acercarme, y me dejo abierta a la improvisación cuando como fuera de casa.
Apuesto por una compra productos locales, de temporada y ecológicos en su mayoría.
Una compra organizada que te permita optimizar tu tiempo
Los básicos (lo que yo llamo el «fondo de armario»), es decir… cereales integrales, legumbres, frutos secos, harinas, algas, aceites, infusiones, conservas… y otros productos que utilizo como miel, tahini, semillas, ghee, cacao, bebidas vegetales… se pueden comprar a granel o en grandes cantidades (ahorro) y una vez al mes o cada dos meses. Yo lo suelo hacerlo en una cooperativa de productos ecológicos, en la tienda eco más cercana y en otras del barrio.
Los huevos a casa nos llegan “del pueblo” así que conocemos a las gallinitas (esto es un lujazo), en cualquier caso como sabemos cuando fue la puesta, este es un alimento que se conserva durante casi 1 mes (si los compras ten en cuenta la fecha de consumo preferente indicado y consérvalos refrigerados).
Las nueces, avellanas y las castañas (en temporada) también vienen «del pueblo» y no gusta mucho estar allí cuando sopla el viento de otoño.
Los pescados, lácteos, carnes, patatas, frutas deshidratadas, setas… los compramos en del mercado y esto suele ser el fin de semana. No siempre es cada semana, a menudo es cada dos, ya que algunos alimentos se pueden congelar y otros se mantienen en buenas condiciones durante ese tiempo. ¡Así nos podemos escapar el fin de semana sin encontrar telarañas en la despensa a la vuelta!
Los alimentos más perecederos y por supuesto de temporada, como frutas y verduras nos gusta que sean ¡¡¡frescos fresquísimos!!!, por eso una vez por semana como mínimo y a menudo son dos compras las que nutren el frutero y completan el cajón de la verdura. Además así evitamos que se desperdicie la comida.
Hacemos kéfir y a veces yogur. También fermentamos vegetales y de tanto en tanto hacemos una cosechita de germinados; cuando no lo hacemos, estos entran en la cesta de los frescos.
El pan integral y una granola increíble llega cada semana al grupo de consumo directo del obrador, ecológico con masa madre y en horno de leña, y se conserva perfectamente durante ese tiempo (también solemos congelar parte).
También tenemos zumo de manzana natural de los frutales de un amigo que otro amigo envasa. Ese es nuestro «refresco» casero favorito.
Y eso es todo. En casa no suele haber nada más.
Si nos apetece un vino bajamos y lo compramos, si nos apetece un dulce lo cocinamos, si nos apetece comer algo super especial que no tenemos el hábito de cocinar salimos a cenar…
La compra perfecta no existe
No te he contado todo esto para que repliques el modelo. El patrón dietético de cada persona —o familia—, depende de su propio contexto, de sus hábitos de consumo y compra, y sobre todo, de sus gustos. Estoy segura de que tú tienes tus propias apetencias, tu propia manera de organizar tu compra y optimizar tu tiempo y tu alimentación.
Este es un aspecto (la organización de la compra) que solemos trabajar en consulta. A menudo va ligado a la organización de menús semanales, Incluso algunas veces hacemos una salida al supermercado, al mercado o a alguna tienda cercana con pacientes para ponerlo en práctica, aprender a elegir el mejor producto mirando etiquetas o bien para darles a conocer algunos productos que no les son familiares.
Lo que te recomiendo para organizarte, es hacerlo en este orden:
1) Primero diseñar el menú que más te apetezca y se ajuste a tus gustos, ritmo de vida, horarios y tiempo para cocinar…
2) Después realizar tu lista de la compra. Incluso puedes ordenarla por establecimientos, así ahorrarás aún más tiempo.
3) Una vez realizada la compra, puedes seguir tu diseño de menús o puedes decidir improvisar y hacer algunos cambios sobre la marcha.