La Moussaka clásica (Musaka o Mussaka) se elabora con carne de cordero o ternera y bechamel, y es bastante contundente y laboriosa la verdad, así que mi misión para hacerte la vida más fácil es transformar este plato en una preparación más sencilla, rápida y fácil de digerir (y en este caso darte también una opción vegana) para que tengas una alternativa y más recursos tanto si consumes productos animales como si no.
A priori identificamos la Moussaka como un plato «tradicional griego”, pero investigando un poco sobre ello descubrimos que hay quien le otorga un origen balcánico (en concreto Turquía). Otros historiadores aseguran que le precede el “Musakhkhan”, un plato árabe muy parecido y en Oriente Medio (Líbano en concreto) hay un plato similar, así que digamos que la gastronomía (al igual que los idiomas y la cultura en general) es algo dinámico que siempre estuvo (y sigue…) en movimiento y transformación.
Parece que fue Νικόλαος Τσελεμεντές , Nikólaos Tselementés (un célebre chef Griego de los años 20 ) quien basándose en un plato turco mucho más básico y simple, sustituyó el cordero por ternera y añadió la bechamel influenciado por la cocina francesa. Sus recetas se dieron a conocer con la revista Οδηγός Μαγειρικής / Odigos Mageirikis en la que incluía, además de las recetas, consejos nutricionales, cocina internacional, novedades culinarias, etc. Se considera que sus creaciones cambiaron la cocina griega.
El resultado es que está increíble y es muy fácil prepararlo. ¡Allá vamos!
Algunas modificaciones
– Cambiaremos la bechamel clásica por una más ligera y vegana.
– Cocinaremos los vegetales a la plancha o cocidos en lugar de fritos.
– Añadiremos especias que la harán irresistible.
Ingredientes
2 patatas hermosas
2 berenjenas
300g de salsa de tomate casera (aromatizada con tomillo, romero, menta, ajo, sal, pimienta negra y canela)
Pan rallado integral de espelta (puedes utilizar cualquier otro)
AOVE
Bechamel ligera vegana **
Queso parmesano (*opcional)
Sal, pimienta negra, orégano (al gusto)
** Para la bechamel:
- 1/2 cebolla
- 200 ml. de bebida de avena (puedes usar leche de soja si lo prefieres)
- 1 cda de AOVE
- Nuez moscada, pimienta y sal.
¡Manos a la obra!
1. Pelamos y cortamos las patatas en rodajas de 1/2 cm y cocinamos al vapor durante 10 min (puedes hornearlas si lo prefieres o freírlas como en la receta tradicional).
2. Troceamos las berenjenas en rodajas de 1/2 cm, salaremos por ambos lados (mejor con sal gorda) y dejamos reposar en un escurridor unos 30min para quitar el amargor y suavizar su textura. Las enjuagamos en agua fría y retiramos la humedad con papel de cocina. Después cocinamos a la plancha con una pizca de aceite (puedes freirlas o asarlas al horno si prefieres).
4. Para la bechamel: calentamos el aceite y cocinaremos la cebolla bien picada hasta que esté blandita (que no llegue a dorarse). Añadimos la bebida de avena o soja y condimentamos con nuez moscada, pimienta y sal al gusto. Tapamos y dejamos 15 minutos a fuego medio. Una vez lista la trituramos en la batidora.
5. Montaremos la Moussaka en una fuente para el horno (también puedes usar una cazuela de barro): patatas al fondo, seguimos con una capa de salsa de tomate (puedes poner tomate crudo en rodajas si quieres hacer una versión más rápida y ligera aún), después las berenjenas, la bechamel y cubrimos con pan rallado o queso parmesano (o ambos, al gusto). Vamos salpimentando entre capa y capa.
4. Precalentamos el horno y cocinamos 10-15 minutos a 180ºC hasta que se dore.
¡Y a disfrutar! ¡Me encantará saber que lo has hecho y cómo lo has disfrutado con tu familia y/o amigos/as! Porque la Moussaka es para compartir.
¡Trucos y sugerencias!
– Especias: las más habituales son pimienta, orégano y nuez moscada pero a mi me encanta añadir una cucharadita de canela y menta a la salsa de tomate además de tomillo y romero (¡se lo copié a la madre de una amiga Griega!) pruébalo, ¡ya verás!
– Hay muchísimas versiones de Moussaka, por ejemplo sustituir la bechamel por salsa de yogur griego mezclado con Queso Feta y Grana Padano.
– Si andas justa/o de tiempo y no quieres renunciar a este delicioso plato, puedes usar una buena salsa de tomate lo más «casera» posible ya elaborada (hay muchas opciones comerciales en conserva), y añadir todas las especias e hierbas aromáticas que indico en la receta (tomillo, romero, menta, y sobre todo ¡¡¡canela!!!) para darle ese toque especial.
– Para que no se te desmonte al servir, un truco es pelar las berenjenas o bien cortarlas en rodajas de forma transversal y no longitudinal. También ayuda prensar bien capa por capa antes de añadir nuestra bechamel ligera para que no se cuele entre las capas.
– La Moussaka en su versión más «tradicional» (con las verduras fritas, la carne de ternera, el queso y la bechamel espesa elaborada con leche de vaca) es un plato «contundente» y no precisamente de fácil digestión. Cierto es que está riquísima y que bien se puede disfrutar de una ración acompañándola de un entrante ligero como una ensalada o un gazpacho por ejemplo, pero también puedes hacer estas modificaciones que comparto contigo en la receta para aligerarla.
– Si quieres acercarte un poco más a la receta original pero siguiendo con la opción vegana, puedes sustituir la ternera por soja texturizada y cocinarla en una sartén una vez remojada junto a la salsa de tomate y las especias.
– Mi amiga y «pareja de baile entre fogones» Erika Yurre, instructora de cocina con quien comparto proyectos y talleres, profunda enamorada y conocedora de las tierras y gastronomía griegas, nos sugiere usar un queso tradicional griego llamado Graviera en lugar del Parmesano como opción más «griega». Este queso es muy popular y cada isla lo elabora de diferente manera; por ejemplo en Creta encontramos el «Graviera Kritis » que se elabora con leche de oveja o bien una mezcla de ésta con leche de cabra mientras que en Naxos hacen «Graviera Naxou» con leche de vaca.
Ελλάδα
Para terminar con «aires griegos» y algo más personal, os dejo varias preciosas imágenes.
La estrella de mar me encontró la primera vez que visité Grecia e inevitablemente me enamoré de sus islas, sus paisajes, ese mar infinito, su gastronomía y sus gentes. Eso fue hace 20 años.
Zante (Ζάκυνθος / Zakhyntos), una de las bellísimas Islas Jónicas visitadas en mi último viaje a Grecia. Allí compartimos una semana inolvidable con el tío de mi muy querida amiga y excelente artista Katerina Papazissi con la que estoy flotando entre sueños en la cubierta de ese ferry. Recuerdo cada aventura que nos relataba el viejo marino, a la luz de las velas, la música de la radio sonando infinita en su jardín, las deliciosas comidas compartidas con Katerina, Rafa y él en los txiringuitos al borde del mar, las cabras, los acantilados y los atardeceres. Descansa en paz.
Mouhritsa & Tonia, hermana de la vida, compañera de master, bailarina y Danza Movimiento Terapeuta. Mouhritsa, nos recibía en Barcelona lenta, atenta y sabia, como vieja gata que ella era. Aquí puedes visitar la web de Tonia Dakou y su proyecto en Atenas, Kinósfera.
Añoro a mis amigas griegas. Sueño con volver pronto.
Tejiendo redes
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