Una arraigada costumbre en nuestra sociedad es celebrar la Navidad alrededor de una mesa repleta y surtida de manjares no habituales el resto del año.
Aperitivos, primeros y segundos platos, postres, turrones, café, mazapanes, roscones de reyes… y todo ello regado con vino, cavas y licores.
En estas fechas, los «excesos» suelen ser la norma y nos preguntamos ¿es posible pasar unas agradables fiestas navideñas, disfrutando de degustar y preparar el menú navideño de una forma saludable o es misión imposible?
Si vives inmersa en la «cultura de la dieta» es probable que sientas que “pierdes el control” en Navidad, pero reconozcamos que es normal comer más de lo habitual por el propio contexto navideño, al igual que en otras ocasiones especiales, no te tortures, no es patológico. A veces lo hacemos. Es completamente humano.
Mi consejo es que te olvides de reglas y disfrutes todo lo que puedas en función de tus circunstancias. Bastante duro ha sido el año y más lo van a ser estas navidades para muchas personas como para ponernos reglas y hacérnoslo todavía más difícil.
Algunas ideas para seguir cuidándote
Prohibirnos alimentos o limitarlos a «días especiales», «fin de semana» o «momentos del año» puede suponer entrar en terreno pantanoso.
Calibrar y decidir si comer algo o no en función de «me lo merezco» no es la mejor manera de encontrar un equilibrio.
Compensar los «excesos» haciendo dietas estrictas puede llevarnos a un círculo vicioso que en nada va a ayudar a cuidarte. Intentar compensar los «excesos» suprimiendo el desayuno o la cena, comiendo fruta o verdura antes de las comidas navideñas, cenando un «zumo detox», marcando un límite preconcebido a algunos alimentos (por ejemplo «sólo un mazapán o sólo dos trozos de turrón»)…son reglas absurdas que solo conducen al estrés y a la sensación de falta de control. No podemos controlar todo y ¡no pasa nada! no es necesario.
Si tienes alguna patología que pueda verse descompensada por el perfil de las comidas de navidad (sal, azúcar, alcohol, potasio, proteínas, gluten…) es importante que mantengas tus cuidados, por supuesto que lo es, y recuerda que siempre, siempre hay espacio para la flexibilidad. Os dejo aquí el enlace a una entrevista realizada en el programa de EITB «Vivir para ver» donde hablo con Elixabete Legarda sobre los cuidados en navidad para personas con Enfermedad Renal Crónica, para quienes os pueda ayudar a tomar conciencia de lo importante en estas fechas.
Disfrutar de forma consciente
Voy a dejarte un par de recetas deliciosas, pero antes quiero invitarte a poner un poco más de consciencia con unas sencillas prácticas de atención plena que te ayuden a disfrutar de comer y a tomar las mejores decisiones.
– Comer despacio, soltando los cubiertos entre bocado y bocado para ralentizar la velocidad y evitar comer más de lo que realmente necesitamos.
– No saltarnos comidas es un buen aliado para evitar «urgencias» que suelen llevarnos a comer después más de lo que realmente necesitamos.
– Pregúntate y observa el nivel de hambre, plenitud y satisfacción que vas sintiendo durante el transcurso de las comidas, te ayudará escuchar tu sabio cuerpo para saber cuándo y cuánto es suficiente.
– Y sobre todo disfrutemos de cada minuto cocinando, del cariño y mimo que le ponemos, de cada persona con la que compartamos. ¡Y por supuesto! disfrutemos de cada bocado con todos nuestros sentidos para conectar con el placer y la satisfacción.
Si sientes que hay una gran dificultad para ello o que es en estas ocasiones en las que el conflicto con la comida se hace más manifiesto y doloroso, no dudes en pedir ayuda. Te invito a conocer el programa EMOBERE en el que abordamos todas las dimensiones en un mismo proceso (nutrición, cuerpo y emociones). Infórmate sin compromiso. Estaré encantada de acompañarte con tu alimentación y tus emociones.
Comunicación, respeto y escucha
Escuchar «has engordado«, «estás más delgada» o «¿has visto como se ha puesto fulana?» son frases que pueden incomodar o incluso hacer mucho daño, incluso si no se dirigen directamente a ti. Revisemos nuestros discurso sobre el cuerpo, los cuerpos, los cuerpos de otras personas y dejemos de juzgar su aspecto físico o lo que come un familiar.
También es muy probable que este año (uno más) el «monotema» acapare las conversaciones en torno a la mesas navideñas. Es más que probable que nos encontremos con puntos de vista controvertidos, diferentes valores, creencias y actitudes. Flexibilicemos nuestras ideas y hagamos espacio para la escucha, para expresarnos libremente y aceptar las diferencias sin emitir juicios.
También ha sucedido algo en el planeta que ha supuesto un punto de inflexión. Muchas personas pueden sentirse preocupadas por la situación actual y no sentirse seguras asistiendo a encuentros y celebraciones navideñas en otros hogares y a su vez otras muchas personas pueden sentirse heridas u ofendidas por la ausencia de familiares o amigos. También hay personas que pueden sentir que estos compromisos familiares no son su prioridad ahora por muy diversos motivos, o bien que son encuentros en los que año tras año las heridas emocionales nos hacen sentimos incómodas o representando un papel que no nos permite ser nosotras mismas y expresarnos con libertad. Permitámonos decidir hacer aquello que ahora necesitemos, comuniquémoslo con asertividad y respetemos la decisión de cada persona sin juzgar.
Y sobre todo pongamos nuestro granito de arena. Nuestra sociedad y la humanidad entera está más necesitada que nunca de amor, comprensión, tolerancia y compasión.
Recetas navideñas
No podría faltar en las mesas familiares un postre tan típico de estas fechas como es el turrón, así que esta receta de Turrón Casero de Almendras tan especial es para ti si eres amante de los clásicos. Hemos hecho pequeñas modificaciones para hacerlo un poquito más saludable. Anímate de verdad que es super sencilla, te prometo que merece mucho la pena.
Y como idea para un entrante, te dejo esta receta de Crema de Aguacate con Langostinos Marinados que es una delicia y facilísima de preparar. Puedes emplatarlo de forma individual, en cuenco o copa de cristal.
Crema de aguacate con langostinos marinados
¿Qué necesitamos?
Para la crema (4 raciones)
1 aguacate maduro
1 calabacín
1 cebolla roja mediana
1 yogur natural o griego
250 ml de caldo de verduras
Zumo de 1 lima pequeña ó 1/2 limón
Aceite de oliva virgen extra
Sal marina u otra sin refinar
Pimienta
Solo tienes que trocear la cebolla y saltearla una sartén con una pizca de aceite hasta que esté transparente, incorporar el calabacín troceado (con piel) y dejar ambos ingredientes a fuego muy bajo. Salpimentamos. Añadimos el caldo de verduras y dejamos que se cocine hasta que el calabacín esté bien blandito. Vamos ahora con nuestro ingrediente estrella, el aguacate. Extraemos su pulpa y troceamos. En un procesador o vaso de batidora, vertemos todos los ingredientes: el calabacín y la cebolla con el caldo, el aguacate, el yogur y el zumo de lima. Agregamos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, y trituramos hasta deshacer todos los grumos y que la crema quede uniforme, bien fina.
Para la marinada
1 docena de langostinos
Zumo de lima o bergamota
1 manojo de cilantro fresco
1 cdita. jengibre rallado
3 dientes de ajo
1 guindilla de cayena
4 cdas. aceite de oliva virgen extra
4 cucharadas de vino blanco
Sal y Pimienta al gusto
Preparamos en un bol todos los ingredientes para la marinada y sumergimos los langostinos, tapamos y dejamos durante unas horas en el frigorífico. Separamos los langostinos que sellaremos a la plancha y reservaremos. En una sartén reduciremos la marinada a fuego lento y finalmente añadimos los langostinos sellados. Si te sobra salsa, puedes reutilizarla para aliñar una ensalada en otro momento. Este plato se puede servir frío, templado o caliente. A mi me gusta usar unas hojas tiernas como berros o rúcula para adornar pero puedes poner tu germinado o brote verde favorito, unos rabanitos fileteados o cualquier otro toque de color, ¡seguro que te quedará genial!
Tejiendo redes
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